Quizá no nos demos cuenta, como no lo hacemos de las cosas cotidianas que nos permiten nuestro día a día, pero nuestra vida sería mucho pero sin los servicios públicos, especialmente esenciales, de los que nos hemos dotado.
Y podemos estar seguros de una cosa. Ni han estado ahí siempre, ni lo estarán si no hacemos lo necesario para mantenerlos.
Las amenazas son diversas, desde el propio mantenimiento y financiación de los mismos, hasta la oportunidad de negocio que ven en ellos quienes no entienden nada más que de ganar dinero y para los que las palabras bienestar y bien común son solo vocablos sin sentido.
Pueden leer mis reflexiones al respecto en https://libreopinante.es/david-palomino-ramirez/servicios-publicos
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