Esta frase, de dudosa calidad gramatical, es habitual en los comercios españoles desde hace algún tiempo. Sean grandes o pequeños, ya no nos ofrecen una bolsa para llevar nuestra compra, sino que nos indican la posibilidad de comprarla, aunque no sea así, exactamente. Se trata de la aplicación de la legislación que obliga a cobrar las bolsas de plástico de un solo uso a los clientes de los comercios. Esta obligación surge ante la enorme cantidad de residuos plásticos que generamos y que tienen un claro ejemplo en las miles de bolsas de plástico que acumulamos y que muchas veces no sabemos lo que hacer con ellas. Existe una concienciación general acerca de la necesidad de reducir el consumo de bolsas de plástico. En esta actitud se mezclan razones de todo tipo y se acepta sea cual sea el tramo de edad o el estrato social de la clientela. Al principio, cuando esta obligación de cobrar las bolsas apareció, estaba estipulado que las bolsas entregadas aparecieran en los tickets de com