Publicado en Andalucía
Información el 16 de Enero de 2019 https://andaluciainformacion.es/andalucia-mas-que-verde/799813/hacemos-politica/
Hace algún tiempo oí a
un famoso en una entrevista en televisión que decía que “él pasaba de la
política”. Esa afirmación seguida de una serie de tópicos que todos podemos
imaginar le servía para darse una imagen de persona que, siguiendo la
actualidad, había decidido dejar de lado una de sus facetas, la política. Será
por aquella creencia, bastante extendida por desgracia, de que la única
obligación ciudadana para con la política es votar cada cuatro años.
En ese mismo momento
pensé que alguien debería decirle que ése es un lujo que no se puede permitir,
ni él ni nadie.
Política es mucho más de
lo que a menudo solemos identificar como tal. La participación en la actividad
de un partido no es ni el principio ni el fin de nuestra capacidad de actuar
políticamente.
Cada día, cuando
decidimos dónde compramos o con qué compañía contratamos la luz; cuando cogemos
el autobús o decidimos ir a trabajar en nuestro propio coche; al matricular a
nuestros hijos en colegios públicos o privados; al sacrificar parte de nuestro
tiempo participando en una concentración por ésta u otra causa. En todas y cada
una de estas acciones estamos haciendo política. Estamos definiendo cómo queremos
que sea la sociedad en la que vivimos.
Y lo hacemos también
cuando en charlas, debates o discusiones de bar defendemos o atacamos una u
otra medida del Gobierno de turno.
Resulta curioso cuando
oímos a alguien decir: “yo es que de política no entiendo”. Yo les pregunto,
¿de qué es de lo que no entiendes?: ¿de si las pensiones suben o bajan?, ¿de si
los medicamentos están demasiado caros y se han convertido en inaccesibles?,
¿de si es normal que teniendo el país de nuestro entorno con más horas de sol seamos
a la vez el que menos invierte en energías renovables?, ¿de si la cantidad de
pesticidas y hormonas que tomamos con la comida nos van a volver vulnerables a
infinidad de enfermedades que hasta ahora parecían testimoniales? Y así
podríamos seguir toda la mañana, o la tarde. Pero no acabaríamos nunca, porque
parece que lo único que nos moviliza es cuando nos tocan el bolsillo. Ah,
porque eso también es política. La lucha contra la corrupción es una forma de
hacer política como lo es quienes se suben al carro de un partido para
enriquecerse sin importarle en absoluto las necesidades generales.
Decía Churchill que la
guerra es algo muy serio para dejarla en manos de los militares, pues yo digo
que la política es algo muy serio y trascendente como para dejarla en manos de
los políticos, a los que conviene recordarles de vez en cuando que no son sino
meros representantes de la ciudadanía. Por suerte hay multitud de plataformas y
asociaciones ciudadanas, culturales, sociales, etc, sobre todo a partir del
15M, que nos demuestran a diario que se hace política desde la ciudadanía,
desde la calle y desde las instituciones, sin que unas excluyan a la otra.
Hacer política pasa por
ser consciente de nuestros derechos y obligaciones, y también de nuestras
necesidades y oportunidades. De nuestro compromiso con nuestro entorno y de
nuestra interdependencia con nuestros vecinos. Nadie vive aislado ni se puede
valer totalmente por sí mismo, por lo que todo lo que hace alguien o decide
alguien nos afecta. Y si no queremos que siempre salgamos perjudicados, a la
corta o a la larga, tendremos que tomar cartas en el asunto y dedicar unos
minutos de nuestro tiempo a pensar si con nuestra forma de actuar y con las
decisiones y apoyos que llevamos a cabo cada día estamos poniendo en práctica
esa sociedad en la que nos gustaría vivir.
Sin duda está en nuestra
mano y nadie puede ni pasar de ello ni dejar que otros decidan, porque las
consecuencias también vendrán contra nosotros. No comparto lo que alguna vez he
oído de que si no participas luego no tendrás derecho a quejarte, siempre
tenemos que mantener el derecho a quejarnos y la responsabilidad de hacerlo,
pero sí que creo que debemos tomar conciencia de que si no aceptamos que
podemos cambiar el mundo, el mundo no cambiará solo.
Y todo esto no quita que
a ello, a la política de cada día, debamos unir la necesidad de gobernar las
instituciones. Hemos visto cómo en las pasadas y aún recientes elecciones
autonómicas andaluzas, las denominadas derechas conseguían la mayoría numérica
en el Parlamento andaluz y llegaban a un acuerdo para formar gobierno. Unas
elecciones en las que la abstención se ha vuelto a convertir en el partido
mayoritario de las clases más desfavorecidas, aquellas que pagan con creces la
factura de las crisis (en plural) y que consideran que el sistema les ha
fallado, englobando como sistema tanto a la derecha, que representa al poder
económico y las oligarquías, como a una izquierda incapaz de ofrecerles
alternativas a la explotación y los recortes, centrados a veces en debates que
en poco o nada interesan y aportan a los más necesitados para resolver sus
problemas de cada día. Aún no somos capaces de trasladar a las urnas la
movilización que sí se aprecia en concentraciones o manifestaciones puntuales.
El “No nos representan” sigue sonando en los oídos de mucha gente y esa debería
ser la frase de cabecera de muchos de nuestros políticos, sobre todo de
aquellos que quieren, o intentan, defender a los más desfavorecidos.
Alguien dijo alguna vez “Vive como piensas o acabarás pensando como
vives” Creo que es un buen punto de partida para plantearnos como vamos a
seguir haciendo política cada día.
Buen artículo, primo :-)
ResponderEliminarA ver si tenemos un rato y lo comentamos.
Besos y abrazos.
Claro que sí, cuando quieras.....o podamos sincronizar nuestros quehaceres :(
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