El próximo día 20 habrá mucha gente que irá a votar y se encontrará la sorpresa de no ver la papeleta con el nombre de EQUO.
Y esto será así porque, a pesar de que EQUO sí se presenta a las elecciones, lo hará dentro de las listas de PODEMOS porque así lo hemos
decidido la militancia del partido.
Esta frase encierra las dos claves de todo el proceso.
Por un lado demuestra nuestra confianza en los procesos de
cooperación política y que, por encima de las
diferencias (grandes en algunos
puntos, no tanto en otros) estamos dispuestos a colaborar para conseguir un
cambio en la política de este país para hacer que la situación mejore para la
mayoría de la población.
Por otro lado es importante porque es una decisión tomada
por la militancia del partido, algo que la legitima más allá de cualquier otra
cuestión al respecto. Algo que no es normal en nuestro sistema dado que en
general se pretende que los militantes actúen como un ordenado y obediente
ejército de acólitos. Esto nos cuesta un enorme esfuerzo y unas dolorosas
campañas internas, pero nos afianza en nuestras convicciones democráticas y nos
hace afrontar el futuro con la seguridad de saber que seremos lo que queramos y
lo que decidamos entre nosotros.
En EQUO sabemos que el 20D nos jugamos mucho más que unas
simples elecciones generales. Se pone sobre la mesa la posibilidad de que el
ansia de cambio de la sociedad llegue al Congreso de los Diputados. Y la
ecología política debe ocupar el puesto que le corresponde en ese cambio.
Tal y como está estructurado nuestro sistema electoral
cualquier posibilidad de entrar en las instituciones pasa obligatoriamente por
que seamos capaces de aglutinar nuestro poder de voto en algunas
circunscripciones. La fuerza de nuestros votantes no sirve de nada si no se
llega a unos mínimos en cada sitio, lo que hace que se pierdan miles de votos
que no llegan a verse representados en la composición de la cámara.
Es por esto por lo que en EQUO hemos pensado que la única
manera de responder, por un lado a la trampa de un sistema electoral que trata
de perpetuar el poder en las manos de unos pocos y por otro a la necesidad
expresada sobradamente en las calles de que el cambio llegue a las
instituciones para que acelere la implantación de reformas necesarias y
urgentes, es intentar una confluencia amplia que englobara a todas las fuerzas
que apoyan un cambio radical y definitivo en nuestra sociedad y en el que se
pudieran ver representados todos los ciudadanos que en los últimos años vienen
reclamando este cambio.
El camino ha sido duro y difícil. A cada cual le tocará en
su momento explicar cual ha sido la razón de las decisiones que haya tomado. El
caso es que esa confluencia amplia no ha sido posible y ello nos ha llevado a
tener que decidir de qué manera podíamos representar mejor a la ecología ante
las elecciones.
Y esa decisión ha sido ir englobados en las listas de
PODEMOS a través de un acuerdo electoral.
Por encima de dudas y contradicciones, ha pesado la
importancia de saber que el momento es ahora y que tenemos que estar ahí,
porque somos necesarios. La crisis social que padecemos, el enorme aumento de las desigualdades y el cambio climático así nos lo atestiguan.
Atrás deben quedar las heridas del proceso. La colaboración
en base a las coincidencias debe ser el objetivo y la base sobre la que
trabajar. No pensamos igual, es obvio puesto que si lo hiciéramos seríamos un solo
partido y no dos, pero sí coincidimos lo suficiente en los objetivos de cambio
como para que de nuestra colaboración pueda salir el impulso que haga que todo
cambie.
Tampoco creo que se haya cerrado el proceso. La confluencia
va más allá del 20D y no debe nunca darse por cerrada. Las puertas no se
cierran a la colaboración y seguro que pasada la vorágine de las elecciones se
podrán acometer más acuerdos y colaboraciones entre las distintas fuerzas
políticas, que incluyan además a quienes no entren en el Parlamento, pero
tengan el mismo objetivo que todos nosotros. La gente de la calle, aquellos a
los que se les llama “los de abajo” y que simbolizan lo más duro de esta crisis
y de todas las crisis por las que nos han hecho pasar, aquellos que siempre
están a nuestro lado y a los que debemos nuestro trabajo y para los que nos
esforzamos a diario, nos lo están pidiendo. El esfuerzo de confluir y cooperar
en política no es nada comparado con el esfuerzo que supone sacar adelante el
día a día de miles de familias españolas.
En este viaje no vamos de vacío. Llevamos nuestro programa,
elaborado con la colaboración de toda la militancia, organizaciones sociales y
ciudadanos particulares que han querido participar. Nuestro proyecto sigue siendo
el mismo, el que los verdes llevamos muchos años defendiendo en el Parlamento
europeo y en muchos parlamentos autonómicos y ayuntamientos de la geografía
española.
Como dice Naomi Klein en su libro sobre el cambio climático
“Esto lo cambia todo”: No existen los Mesías. No vamos a votar por seguidismo
fiel ni por odio visceral a nadie. Vamos a hacerlo por unas ideas, por un
proyecto, por una sociedad y por un mundo. No somos lo que decimos, o dicen,
que somos. Somos lo que hacemos y sabemos con quien coincidimos cuando lo
hacemos.
El 20D vota a EQUO, vota a la ecología política, en las listas y la
papeleta de PODEMOS
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