Al final ha ocurrido. Tal y como avanzamos algunos el año 2011 ha terminado. Es más, tal y como decíamos los más osados después ha llegado el 2012.
En fin detrás de esta pequeña nota irónica solo queda que ha llegado el año nuevo y es el momento de ver lo que nos trae. Y lo que nos trae no es precisamente esperanzador. Tenemos nuevo gobierno, que está haciendo lo que ya sabíamos que iba a hacer (lo que hay que hacer, según ellos), en el mundo sigue habiendo auténticas catástrofes humanitarias y nadie hace nada por resolverlas, los "mercados" siguen diciéndole a los gobiernos lo que tienen que hacer y, lo que es peor, éstos siguen haciéndolo. En fin todo sigue más o menos igual que estaba.
El 2011 ha resultado un año duro, difícil y también ¿por qué no decirlo? interesante. Han pasado muchas cosas y muy importantes pero yo me quedaría sin duda con la aparición del movimiento 15M. Ahora les toca decidir el papel que van a tener en la política española y de ello dependerá en gran medida su lugar en el futuro pero desde luego su importancia como removedor de conciencias ha sido y debe seguir siendo aquello por lo que todos les recordaremos.
Sería muy difícil elegir si tuvieramos que pedirle un solo deseo al 2012 pero sin duda lo mejor que nos puede pasar sería recuperar la confianza en nosotros mismos. No la confianza de la que hablan los mercados, ni tampoco la confianza en los gobernantes sino la confianza sin la cual no podremos salir del pozo en el que nos hemos y nos han metido y en el que parecen empeñados en que sigamos por mucho tiempo. Esta confianza, por feo que esté decirlo, está intimamente relacionada con el hecho de tener algunos euros en el bolsillo, los necesarios para no tener que mirar con miedo cada factura que nos llegue o cada nuevo gasto que tengamos que hacer en nuestro día a día. Aquí si que tienen algo que decir nuestros gobernantes puesto que con las políticas de recortes de inversión y de servicios sociales parece muy complicado que podamos conseguir esa confianza. A pesar de que sean ellos mismos los que se empeñan en recordarnos que sin confianza no hay salida siguen cerrando las puertas a las soluciones que podrían aportarla. Yo propongo una simple medida que seguro que revolucionaría el movimiento comercial diario en nuestro país: que todos los precios estuvieran puestos en céntimos, o incluso que hubiera que seguir poniendo su equivalente en pesetas hasta que todos empecemos a entender que 3 euros no son 300 pesetas, y que no podemos seguir comprando eso que "sólo" es un par de euros más caro porque hace unos años no hubiéramos comprado algo que "sólo" hubiera sido 333 pesetas más caro. El precio en centimos nos acercaría más al equivalente en pesetas porque seguimos mirando los precios por unidades, no hay que olvidar lo caros que nos parecían los precios en liras hasta que alguien nos los traducía a pesetas.
De todos modos no hay que desanimarse y ni mucho menos adoptar una actitud de brazos caídos porque la solución está también en nuestras manos. Hay otra forma de hacer las cosas y tenemos que exigir que se hagan. No podemos permitir que las medidas que se adopten sigan beneficiando a una parte ínfima de la población y perjudicando a la inmensa mayoría. Los andaluces tenemos una oportunidad de empezar a cambiar las cosas el próximo 25 de Marzo pero no solo en las urnas está la participación ciudadana sino que tiene que ser algo que ocurra a diario, en la calle.
En fin, estoy seguro de que va a ser un año muy interesante y de que al final, y acuérdense de lo que les digo, llegará el 2013.
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