Siempre había pensado que si alguna vez me decidía a escribir un blog la primera entrada debería estar dedicada a explicar porqué lo hago. Pero como dicen en periodismo la actualidad y la noticia mandan. Y la actualidad es sin duda el comunicado de ETA anunciando que deja definitivamente la actividad armada. Para mí ha supuesto una gran alegría porque significa el fin de un anacronismo, de una situación que desde hace mucho tiempo no tenía ninguna explicación. Hay que tener claro que este comunicado no es el resultado de una reflexión política sino la consecuencia del acorralamiento al que la policía, los jueces y, porqué no decirlo, los ciudadanos habían sometido a la banda.
No creo que sea ni el primer ni el último paso del proceso, más bien creo que se trata de un paso más en un largo camino que nos tiene que llevar al fin del terrorismo en España.
Nunca he estado de acuerdo ni con la ley de partidos políticos ni con las políticas de dispersión de presos etarras pero tengo que reconocer la eficacia de estas medidas junto con el resto de medidas policiales, judiciales y políticas, así como la inestimable colaboración de Francia que en su momento contribuyó al fin de los santuarios etarras en Francia.
Leo algunos comentarios de determinados personajes que buscan en este proceso indicios de claudicación del estado con la banda. Creo que hay quien no se acostumbra a un futuro sin terrorismo pero todos tenemos que hacer un esfuerzo para que realmente no haya vuelta atrás, porque no hay que dudar de que zancadillas y problemas va a haber desde todas partes.
Nunca tenemos que olvidar a las victimas y por ello no hay que dejar de perseguir a los etarras con delitos de sangre. La policía y la justicia deben seguir con su trabajo así como dejar a los políticos hacer el suyo.
La grandeza de la Democracia la hace a veces vulnerable a elementos que pretenden dinamitarla desde dentro pero tenemos muchas armas para luchar contra ellos, pero asimismo estoy seguro que llegado el caso también sabremos se generosos con aquellos que deseen realmente integrarse en el proceso democrático.
Me parece una extraordinaria noticia, que no hay que dejar de tratarla con la máxima cautela pero no dejemos que nadie nos arrebate la alegría del momento y la celebración del fin de una amenaza que era hacia todos nosotros lo mismo que las víctimas lo son de todos nosotros.
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